EL RASCACIELOS QUE SE PROPONE EN EL PUERTO DE MÁLAGA, COMO PARADIGMA DEL DELIRIO DE ALGUNAS INSTITUCIONES
El proyecto
del hotel de 150 metros de altura propuesto por un fondo de
inversión catarí en los terrenos del dique de Levante del
Puerto de Málaga, parece avanzar en su recorrido administrativo, tras casi 5
años desde que fuese adjudicada la concesión de los terrenos. Y lo hace a pesar
de las evidencias del despropósito que suponen para la ciudad y para la zona
portuaria.
La Gerencia
Municipal de Urbanismo, dependiente del Ayuntamiento de Málaga, sin embargo,
había rechazado en 2.007 la petición del Puerto para permitir un complejo
"turístico-recreativo", con destino hotelero, en los suelos ganados
al mar tras la construcción del dique de Levante, advirtiendo de los efectos de
un hotel en dicho dique. Emitió un expediente rechazando ese uso, en el que
alertaba de que implicaría la "reinvención del paisaje" y alteraría
"profundamente la fachada marítima". “…El importantísimo volumen vendría a situarse en la que probablemente
resulta la posición más visible de la ciudad y en cualquier caso alteraría
profundamente la fachada marítima", relataba el informe de urbanismo
en 2007 “desde el mar, en una hipotética
aproximación frontal a la ciudad, se constituiría en un hito visual de primer
orden en un lugar donde hasta ahora ha habido una línea de horizonte
abierta".
Once años
más tarde, el mismo ente municipal avaló sin vacilar la variación del
planeamiento que permitiera una edificabilidad de 45.000 metros y una
construcción con una cota de hasta 150 metros de alto.
El lugar
donde se dibujaba el hotel tenía reservada una edificabilidad de apenas 6.000
m. de techo; por lo que, para hacer posible el complejo del dique de Levante y
alcanzar las dimensiones proyectadas, el Puerto debería elevar el índice de
edificabilidad de 0,50 a 0,66. O lo que es lo mismo, un 32%. La modificación
permitiría asignar al suelo una edificabilidad de hasta 45.000 m²
de techo, un valor que excede la reserva que tiene el Plan Especial del Puerto
para uso ciudadano portuario.
El ajuste
urbanístico al multiplicar por siete el número de metros que se podían
construir sobre la parcela del dique de Levante, es complicado y rompe el
diseño actual del recinto portuario, obligando a incrementar de manera
sustancial la edificabilidad reservada para uso portuario-ciudadano en todo el
espacio.
En 2017, la
delegación de Medio Ambiente de Málaga explicó en un comunicado, las razones
por la que escogía la vía simplificada
para la Evaluación Ambiental Estratégica del Plan Especial del Puerto. Y el
Consejero de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía, obvió el concepto de impacto paisajístico, al resolverlo
aludiendo al cambio de ubicación del observador, es decir, para evitar el impacto,
el observador solo tenía que mirar para otro lado. De este modo, la Consejería
de Medio Ambiente emitió un Informe
Ambiental Estratégico favorable a la propuesta.
En 2018 la
Gerencia Municipal de Urbanismo dio la aprobación inicial a la modificación de
elementos en el Plan Especial del Puerto, correspondiente a la plataforma del
Dique de Levante.
En 2019,
tras la apertura del proyecto a exposición pública y tras recibir hasta 1.100
alegaciones, se publica un estudio de un exconcejal de economía, el profesor
Esteve Secall, que alertaba de la falta de viabilidad económica, el mismo que
acaba de firmar otro artículo de opinión fascinado por la insistencia, tanto de
la gerencia de urbanismo como de la autoridad portuaria, de seguir adelante con
lo planeado, a pesar de que “hace aguas”
por todos lados. Según su informe se trataría de una “explotación ruinosa” que
enmascaraba un uso inmobiliario residencial. También la UNESCO y
el Colegio de Arquitectos de Málaga desaconsejaron la construcción de la
torre por su impacto visual. El proyecto se ha enfrentado a la oposición de
buena parte de la ciudadanía malagueña, colectivos y personas de distintos
ámbitos sociales y profesionales agrupados en la Plataforma “Defendamos nuestro Horizonte”.
Tras este recorrido,
acabamos de conocer el contenido del informe elaborado por el CEDEX (Centro de
Estudios y Experimentación de Obras Públicas) que es un organismo dependiente
del Ministerio de Fomento con gran prestigio técnico incluso a nivel
internacional. Este informe evidencia defectos graves en la construcción del
dique de Levante donde pretende ejecutarse la construcción.
En abril de
2018, el Organismo Público de Puertos del Estado encargó al CEDEX un estudio
técnico sobre el estado constructivo del dique de Levante. Este estudio
concluyó en junio de 2020 con la emisión de un extenso y exhaustivo Informe,
titulado “Estudio de corrosión del dique de Levante” sacando conclusiones muy
contundentes y graves.
Básicamente,
revela el deficiente estado de conservación del dique, construido 17 años antes
del inicio del estudio, con “una corrosión intensa y generalizada”, lo que trae
como consecuencia la disminución de su vida útil a la cuarta parte de la
prevista. Se señalan, de forma clara y precisa, dos causas: la utilización de
un hormigón de peor calidad que el proyectado, “(notablemente más permeable), y
mala ejecución.
También aparecieron problemas constructivos en las obras realizadas en el
atraque sur y el muelle 9 por las mismas empresas que construyeron el dique de
Levante (SANDO y Dragados y
Construcciones), obras estas últimas cuya responsabilidad se encuentra
actualmente investigada judicialmente y pendiente de sentencia.
Tras las
numerosas advertencias y dictámenes de expertos en diversas materias que confirman
los impactos del proyecto de rascacielos (impacto paisajístico, ambiental,
inviabilidad económica, riesgos ante el cambio climático, perjuicio sobre el
turismo...) no se ceja en el empeño y la autoridad portuaria ha informado estos
días, de la presentación ante la Gerencia de Urbanismo de la documentación
necesaria que hace posible que la Modificación puntual de elementos en
la plataforma del dique de Levante e incremento del índice de edificabilidad
máxima de la zona ciudadano-portuaria del Plan Especial del Puerto de Málaga pueda
ser aprobada de manera provisional por el Ayuntamiento hasta que pase a ser
votada por el Pleno Municipal. Tras de lo cual, el último paso corresponderá
al Consejo de Ministros, que será el que determine en última
instancia si es posible o no el desarrollo de esta edificación en suelo
portuario.
La carrera
que emprendieron hace ya casi cinco años no la quieren parar a pesar de que hoy,
las cambiantes y preocupantes circunstancias nos imponen una realidad que ya no
permite las veleidades urbanísticas de antaño. Deberemos cambiar el modo de
vivir, de trabajar, de desplazarnos… el turismo del que hemos dependido en
exceso deberá reconvertirse. Está en proceso un debate global sobre la
ordenación del territorio en el futuro inmediato, y sobre la planificación
urbana de las ciudades para garantizar su sostenibilidad y reducir su
vulnerabilidad frente a los efectos del calentamiento global. Y en tal debate
no cabe ya ningún rascacielos como el proyectado. Iría contra los intereses presentes
y futuros de Málaga.
En base a
todo lo relatado hasta aquí, hemos presentado una batería de preguntas al
Gobierno en previsión de que acabe encontrando en la mesa del consejo de
ministros la petición de aprobar tan lesivo proyecto para nuestra ciudad. Entre
ellas, estas:
-
Tras
señalar los expertos la ingente inversión necesaria para cimentar una torre de
150 metros en un dique construido mar adentro, y el riesgo añadido por las
evidentes consecuencias del cambio climático en forma de temporales cada vez
más agresivos y subida del nivel del mar ¿Se plantea Puertos del Estado asumir
un reto de tal calibre?
-
¿Conoce
el Gobierno el Informe de CEDEX y sus conclusiones sobre el dique?
-
¿Qué
condiciones exigirá el Gobierno para levantar esa torre sobre un dique mal
construido, con un estado de corrosión avanzado y una corta vida útil
previsible?
Y una última
pregunta sobre el valor y uso de lo común ¿Tiene el Gobierno algo que objetar a
la trasmutación del espacio público en terrenos de Puertos de Estado, en suelo
de uso privado para negocio inmobiliario/hotelero?
Publicado en
Revista El Observador el 16 de noviembre 2020.
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