25 años de AVE y poco que celebrar
Cuando se cumplen 25 años de la puesta en servicio de la primera línea de AVE en España, la que une Madrid con Sevilla, es buen momento para evaluar lo que ha supuesto esta infraestructura para la movilidad general de los españoles.
Asumiendo que la función esencial del transporte es
garantizar la accesibilidad a los bienes, servicios y contactos con las demás
personas, independientemente del lugar donde vivan, la capacidad adquisitiva
que se tenga, la edad o el género, y sin generar más movilidad que la
estrictamente necesaria, la inversión destinada a infraestructuras para la
movilidad y el transporte debe ir en consonancia con las necesidades actuales y
anticiparse a los escenarios futuros esperables. Y es, por ello importante, definir muy bien
las prioridades de inversión en relación a la movilidad. Tanto si hablamos de
personas como de mercancías.
Hace 25 años se decidió que esas prioridades pasaban por
apostar fuertemente por una infraestructura tan costosa y de dudosa
rentabilidad social como la Alta
Velocidad Española (AVE).
Sin embargo, tras esos 25 años queda despejada la incógnita ya que se puede comprobar, con los datos
acumulados en este tiempo, lo irracional de fiar el futuro del ferrocarril
a la Alta Velocidad en nuestro país (somos el segundo en número de kilómetros del mundo, no
así de usuarios), la colosal “deuda pública” que ha generado, la “expulsión de usuarios” del tren por el elevado precio del AVE, los “impactos ambientales” que genera sobre
todo por la fragmentación cada vez mayor del territorio y la ineficiencia
energética que supone, la ”desconexión”
de los pequeños municipios y zonas rurales que ven pasar el AVE por sus
estaciones, antaño operativas y ahora semiabandonadas o abandonadas del todo;
el “cierre sistemático” de líneas
normales, de trenes de media y larga
distancia, la escasez de inversiones en cercanías que mejorarían grandemente
los movimientos en las áreas metropolitanas de las ciudades mas grandes … en
fin, demasiados efectos colaterales que se dejan fuera de la propaganda para
vender tan elitista obra.
El salto tecnológico que supone la alta velocidad conlleva
tres consecuencias fundamentales:
1) una
disminución muy importante de su funcionalidad como medio de transporte (incompatibilidad
con la mayor parte de las mercancías y con los servicios regionales y de
cercanías),
2) la reducción
de la eficiencia energética, y
3) la
multiplicación de los impactos ambientales (emisiones, ruido, fragmentación del
territorio, etc.).
Y esto se traduce en unas infraestructuras de transporte con
elevados costes para la sociedad. Por ejemplo, se subvenciona gran parte del
coste del billete. En la que supuestamente es la línea más rentable, la Madrid-
Barcelona, el usuario del AVE solo paga el 33% de su coste real. El 66% se lo
pagamos entre todos, a través de la Administración. Y es un servicio que deja
fuera a las personas más desfavorecidas, siendo claramente elitista. Además de
todo esto, el mantenimiento de 1 km de vía convencional supone un coste 10
veces inferior al del mantenimiento de 1km de vía de alta velocidad. Desde el
año 1992 hasta el año 2015, se han pedido fondos a los bancos europeos por
valor de unos 70.000 millones de euros para financiar las obras de la
infraestructura de Alta Velocidad. Y, evidentemente, esa apuesta exclusiva ha
hecho que se abandonara la valiosa red ferroviaria que ya teníamos.
La construcción de cada kilómetro de Alta Velocidad supone
un coste de unos 9 millones de euros, y unos 100.000 euros anuales en
mantenimiento. Tenemos más de 3100 kilómetros de vías de alta velocidad, sin
embargo, lo realmente importante, la rentabilidad social de una movilidad que
sirva para todos, no se ha conseguido.
Puestas a comparar, podemos hacerlo con nuestra vecina, Francia, donde
viajan unos 120 millones de viajeros anuales en una red de alta velocidad de
2000 kms. aproximadamente, construida sobre las infraestructuras preexistentes,
que admite el transporte de mercancías y la circulación de trenes
convencionales con paradas intermedias. Sin embargo, y a pesar del aumento de viajeros
de la Alta Velocidad española, ésta no supone más que entre un 5 y un 7% de los
viajeros diarios. Y recibió en el año 2016 el 67 % de todo el presupuesto de
ferrocarriles.
Este caso de la apuesta por el AVE, se puede comparar al
reciente caso conocido de las enormes infraestructuras de depuración de aguas
residuales en muchos pequeños municipios de Aragón donde la desproporción entre
las necesidades reales y las infraestructuras planteadas por empresas
constructoras, era de tal calibre, que han dejado unas deudas brutales e
inasumibles, además de dejar en el territorio la huella de obras
monstruosamente exageradas e infrautilizadas.
Y resaltar de nuevo, que la infraestructura ha elevado la
deuda pública de las empresas Grupo Renfe
y Adif, hasta unas cifras
descomunales, estimadas en cerca de 20.000 millones de euros, que ha tenido un
peso de impacto en la deuda pública, cercana al 100% del P.I.B. y que está
costeando la ciudadanía en forma de recortes, expolio del patrimonio público e
impuestos. Si se apuesta por AVE, no hay
dinero para más, no hay dinero para otra cosa, y el agujero negro generado es
enorme. En los cercanías, como en el resto de la red convencional, las mejoras
necesarias no han podido ser ejecutadas por falta de fondos ante la apuesta en
exclusiva por el AVE.
Hemos de recuperar la red de ferrocarriles que ya tuvimos en
el siglo pasado, no hace tanto, ampliándola para que cubra bien todo el
territorio, pero jugando, en todo caso, y como alternativa eficiente, con
trenes de velocidad alta (hasta unos 200 km/h) menos costosos y que también ofrecen unas velocidades
competitivas, pero no AVEs que, alcanzando mayores velocidades, dejan
incomunicadas las ciudades intermedias por las que pasan.
Es injusto el estado de desvertebración que sufrimos por
esta causa, en términos de movilidad por tren, porque a eso conduce el modelo de movilidad que ha imperado en los
últimos años y por la que han apostado los dos partidos hegemónicos hasta
ahora, ( tanto PP como PSOE) con las líneas AVE frente a los ferrocarriles
tradicionales.
Sabemos perfectamente que nuestra alternativa a la
contaminación y al derroche pasa por transportes públicos, eficientes y
limpios. Por eso la jugada a futuro, teniendo en cuenta que urge ir adoptando
medidas de mitigación al Cambio
Climático pasa por el Ferrocarril, pero uno que se ajuste a un diseño bien
planificado, vertebrador, que solucione la movilidad de mercancías y de
personas, que amplíe la red de ferrocarriles existente, con el fin de cubrir todo el territorio con
alternativas eficientes, menos costosas, mas democráticas, es decir, que sean
asequibles para todos y no únicamente para los privilegiados, porque incluso a
esos que se lo permiten les pagamos entre todos la mayor parte del coste real.
Importante resaltar que solo el 4% de las mercancías se
transportan por ferrocarril, muy lejos de los porcentajes de la Unión Europea.
Necesitamos con urgencia que esto cambie. Y que se contemple también como una
prioridad irrenunciable, la construcción de los dos tramos del Corredor Mediterráneo que nos conecte por
ferrocarril con el resto de Europa.
La gran dificultad que hoy por hoy, tiene el desarrollo de
una buena vertebración territorial con ferrocarril está en la imprudente e
irreflexiva apuesta de las administraciones, tanto central como autonómicas, por
el AVE.
Con todo, se constata tras todo el deterioro sufrido en los
ferrocarriles en España en general, pero en Andalucía especialmente, un rápido
crecimiento de la resistencia social frente a los recortes ferroviarios:
numerosas plataformas se están activando y reivindicando el derecho a un
transporte de calidad, eficiente, sostenible y para todas. Plataformas que
quieren evitar el cierre de líneas, que demandan mejor servicio o exigen la reapertura
de líneas cerradas cuyo beneficio social es incuestionable. Por ello, en el 25
aniversario de la apertura de la primera línea entre Madrid y Sevilla,
replanteemos la pertinencia de continuar por esta vía.
Diputada por Málaga en GP Podemos-Andalucía
Coportavoz EQUO-Andalucía
Publicado con Juan López de Uralde en “Malas Hierbas” blog de Público el 21 de abril de 2017
https://blogs.publico.es/malas-hierbas/2017/04/21/25-anos-de-ave-y-poco-que-celebrar/
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