Una Reflexión en torno al papel de los Políticos y la Participación Ciudadana en el Diseño y la Intervención Urbana: El caso del Bosque Urbano de Málaga.
Este mes nos hemos ido enterando de que el gobierno municipal de nuestra ciudad, encabezado por el Sr. Francisco de la Torre, desde el pasado Julio mantenía guardado en un cajón el informe positivo del interventor municipal sobre la posibilidad de hacer una consulta ciudadana para definir de manera participativa la posición de los vecinos de la ciudad y, muy especialmente de los distritos de Carretera de Cádiz y Cruz de Humilladero, con respecto al proyecto que quieren para los terrenos donde se ubicaron los antiguos depósitos de Repsol, ya retirados.
En este caso concreto, nos iban a
preguntar si nuestros hijos y nietos podrían disfrutar de una zona verde
arbolada con especies autóctonas, el denominado “Bosque Urbano” o estar a la
sombra de 4 rascacielos y un frío parque urbano (proyecto original).
El propio PP votó en su día a favor
de esta consulta, pero la verdad es que ha maniobrado durante estos meses para
conseguir que no se hiciera. El grupo del partido Ciudadanos también duda estos
últimos días sobre la legalidad de la consulta. Esta duda ha venido propiciada,
paradójicamente, por el argumento del Concejal de Participación Ciudadana que
dice que esa figura de consulta no aparece en el articulado de la nueva Ley de
Procedimiento Administrativo Común, recientemente aprobada. Primero hay que
decir que el hecho de que no aparezca no significa que no sea posible y, como
indica Ángel Sánchez en su artículo publicado el 30 de octubre en la Opinión de
Málaga1, “Es una paradoja que el responsable de participación se
desprenda de una figura significativa de participación ciudadana en la gestión
municipal y, en la paradoja, concurre que la afirmación la realiza, sin la
menor referencia a la legislación local…”. En ese artículo, el catedrático de
Derecho Administrativos de la Universidad de Málaga incluye más argumentos
jurídicos de peso que ponen en entredicho la sesgada interpretación del concejal.
Sin embargo, la reflexión general que
yo quiero hacer en relación a esta cuestión es sobre el papel
que los políticos, como yo, debemos jugar en la gestión de los bienes comunes y
del interés público. El PP gobierna la ciudad y lo hace con un modo de gestión
de arriba abajo. Ellos piensan la ciudad que quieren para los ciudadanos de
Málaga con la ayuda de técnicos que les asesoran en base a unas directrices que
descansan en el modelo neoliberal en el que creen. Tutelan a los ciudadanos,
supuestamente, por su bien y no acaban de entender cómo un grupo de vecinos
pueden pensar, organizarse, crear y diseñar una propuesta alternativa para el
suelo que pisan cuando salen de sus casas.
Es un hecho que un grupo de vecinos del barrio han tomado la iniciativa,
se han empoderado, han acudido a sus representantes en el ayuntamiento con una
petición alternativa a la inicialmente propuesta y no ejecutada. La plataforma
ciudadana “Málaga Ahora” tomó nota y propuso en su día en el pleno esa consulta
ciudadana para dar cauce a esa participación y fue apoyada por todos los grupos. Fue un pleno con intervenciones
de vecinos del barrio, profesores de universidad y en el debate se expusieron
problemáticas diversas. Se defendieron: la propuesta del Bosque Urbano, el
proyecto original del ayuntamiento y propuestas alternativas del PSOE,
Ciudadanos, Izquierda Unida. Dio la impresión de que se estaba con los ciudadanos,
escuchándolos e incorporándolos a la toma de decisiones, explicándoles también
los condicionantes previos. Desgraciadamente el PP se ha ocupado de convertir
aquello en un espejismo.
Cuando desde la calle se grita el “No Nos Representan” lo que se nos están
diciendo es que además de votar para elegirnos quieren que los escuchemos que
los dejemos participar cuando deciden hacerlo en determinados temas, como es el
caso.
Creo firmemente que debemos transitar de modelos de gestión de arriba a abajo,
como el que está aplicando el equipo de gobierno de la ciudad, a los que se
nutren de abajo a arriba, de la raíz a las hojas, especialmente en el ambiente
urbano.
No todo lo que se proponga será técnicamente posible, no todo lo que se
proponga será legalmente posible; pero estoy segura que sí podremos poner en
marcha proyectos compartidos que incorporen el poder creativo y la
participación de los ciudadanos y los vecinos, aunque voten a partidos
distintos.
Así que, a diferencia de la postura del Concejal de participación que
busca argumentos legales para limitar la propia participación que debería
defender institucionalmente, todos deberíamos buscar los cauces para que los
vecinos puedan expresarse porque lo han pedido muchos. Somos políticos, no
jueces ni fiscales, podemos cambiar normas legalmente, podemos consultar y sin
duda debemos escuchar. Y esto lo deberíamos de compartir todo el arco político
porque es nuestra razón de ser y trabajar.
Resumiendo, los políticos además de defender nuestros marcos conceptuales
de gestión, respetables aunque no mutuamente compartidos, debemos escuchar a
nuestros representados y trabajar para mejorar los cauces de participación de
aquellas personas que depositan su confianza en nosotros con el voto, nunca
limitarlos.
Por último, quiero terminar con una imagen que pude ver en una charla
presentada por el arquitecto y profesor Carlos Verdaguer en las jornadas para
actualizar los objetivos de la la Agenda XXI de nuestra ciudad organizadas por
el Observatorio del Medio Ambiente Urbano de Málaga (OMAU). Esta figura representa
los dos modelos de intervención que he pretendido traer a colación al criticar
la lamentable gestión del PP en este asunto limitando la participación
ciudadana en el caso de los terrenos de Repsol.
1 http://www.laopiniondemalaga.es/opinion/2016/10/30/consulta-popular-terrenos-repsol/886255.html
Dos Modelos
Contrapuestos de Intervención Urbana
Publicado en Blog Sostenible el 2 de noviembre de 2016
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