Jane Jacobs: la inspiración de las ciudades vivas
Descubrí por casualidad a Jane Jacobs y su legado. Legado que, para nuestra desgracia, no ha
llegado a inspirar a muchos de los gobiernos municipales de ciudades que ahora
se encuentran en conflicto y declive. Hay sobre ella un interesante documental de
título “Citizen Jane: Batalla por la
ciudad” que relata la revuelta ciudadana que ella encabezó en defensa de la
vida orgánica en barrios acosados por un urbanismo homogeneizante, diseñado
desde despachos lejanos. Diseños urbanos que rompían los lazos comunitarios que
todo barrio tiene y que son los que dan sentido y condiciones mínimas de
convivencia.
Jane Jacobs,
es un buen referente de las batallas culturales del siglo XX. El documental a
través del cual la descubrí nos abre los ojos sobre las pulsiones que el
desarrollo de las ciudades evidencia. En él se presenta la cruzada librada
contra proyectos urbanísticos diseñados para la ciudad de Nueva York en los
años 50. Un urbanismo impersonal que cuadricula y deshumaniza, totalmente ajeno
a aquellos destinatarios a los que se dirigía. Todo a cargo de un personaje con
gran poder político, económico y mediático, como fue Robert Moses.
Jane había
observado previamente las condiciones en que la gente habita la ciudad y
establece relaciones con la comunidad a su alrededor. Y lo comparó con la
renovación urbana que se emprendía por aquel entonces en Estados Unidos. Fue
teórica del urbanismo y activista político-social en defensa de esas
comunidades urbanas previas que se veían acosadas por diseños ajenos a sus
necesidades y sus formas de habitar la ciudad.
En 1935, con
el escenario de la Gran Depresión como telón de fondo, una joven Jane se
mudó a Nueva York para cursar estudios de temáticas diversas en la
universidad de Columbia. Vivió y disfrutó del Greenwich Village de
Manhattan, un barrio que no se ajustaba a la estructura general de la ciudad.
Durante sus primeros años allí, Jacobs trabajó como escritora independiente, a
menudo escribiendo sobre distritos laborales de la ciudad. Y estas experiencias
le sirvieron para tener una noción más clara de lo que estaba sucediendo en la
ciudad.
Su obra mas
célebre “Muerte y vida de las grandes ciudades americanas” es una cartografía
de los peligros que acechan a las ciudades. Mas incluso hoy que cuando ella la
escribió, y ello a pesar del tiempo transcurrido desde su publicación en 1961.
Habla de la dispersión territorial, la segmentación de usos, la destrucción de
los barrios, el automóvil privado como única forma de conexión; de las
cicatrices urbanas: vías de tren, autopistas en varios niveles, parques mal
diseñados, riberas de ríos descuidadas… Todo eso que ahora nos preocupa en los
desarrollos urbanos y que ha ido profundizándose al seguir la mayoría de las
megaciudades actuales el diseño capitalista de extracción de plusvalías de la
misma, en lugar de diseños humanos y a la medida de sus habitantes.
Jane piensa
sobre ello y sobre las soluciones: calles y veredas como espacios de encuentro,
de juego, de intercambio; piensa en el fomento de usos diversos y mezclados:
oficinas, viviendas, espacios de cultura, de ocio, parques… porque los barrios
tienen que ser activos para no decaer. Tenía conciencia clara de la
desorganización y muerte que suponían las propuestas urbanísticas como las de
diseño vertical que no tiene en cuenta a los protagonistas, los vecinos.
Entiende que la abundancia de pequeños comercios y el contacto casual en las
calles no solo son las principales garantías de la seguridad, sino de la vida
de la ciudad.
Como divulgadora
científica, teórica del urbanismo y activista sociopolítica tuvo,
gracias a su perseverancia y empeño, una enorme repercusión en el diseño
urbanístico de la ciudad de Nueva York de aquella época, al conseguir movilizar
a un activismo latente entre los vecinos que se verían afectados por la ciudad
proyectada lejos de sus intereses. Cuestionó el consenso de los años 50 sobre
la planificación urbana concluyendo que los desarrollos planeados terminaban
con la vida comunitaria activa en la calle.
En 1952 Jacobs
comenzó a trabajar en expedientes sobre planificación urbana y "decadencia
urbana". En 1954, fue elegida para cubrir un desarrollo en Filadelfia
diseñado por Edmund Bacon. Aunque sus editores esperaban un informe positivo,
Jacobs criticó el proyecto de Bacon, reaccionando contra la aparente falta de
atención mostrada hacia los afroamericanos pobres que se vieron directamente
afectados. Cuando Bacon le mostró a Jacobs ejemplos de bloques no desarrollados
y desarrollados, ella concluyó que el "desarrollo" parecía terminar
con la vida comunitaria activa en la calle. A partir de ahí, Jane comenzó a
cuestionar el consenso de los años 50 sobre la planificación urbana.
Su lucha
apasionada para proteger el “Village” en el Bajo Manhattan iba mas
allá. No solo pretendía preservar un antiguo paisaje urbano (aunque esto en sí
mismo era suficiente para justificar la lucha en una ciudad como Nueva York,
donde los constructores decidían y no se preocupaban por el legado o las
dimensiones no arquitectónicas de la ciudad. Procuraba comprender los
entresijos del funcionamiento “orgánico” de la ciudad y desarrollar conceptos
sobre el rol de las ciudades en la economía.
En sus primeros tiempos como redactora para una revista de arquitectura
analizó en profundidad la vida de la ciudad paseándola, observando a sus
vecinos y la relación entre ellos. Y entendió que la ciudad está viva a través
del tejido que compone una trama particular (desde las veredas y los pequeños
comercios hasta los parques y avenidas como espacios de encuentro) lo que hace
que la ciudad sea mucho más que la suma de sus grandes edificios o su economía
corporativa.
Jane seguía
una línea de cuestionamiento del diseño de la ciudad muy singular para su
tiempo. Era muy importante el “lugar” al considerar la aplicación de las
políticas urbanas (en particular, la pérdida de los barrios y el hecho de que
se eliminasen con ellos, las experiencias de los residentes locales). Con su
mirada atenta señaló lo mas relevante de la convivencia y diversidad que se da
en el microcosmos de los barrios. Ponía el foco en las condiciones que
crean las metrópolis: la gran diversidad de personas, sus espacios de vida y de
trabajo, las múltiples subeconomías involucradas. Y sacudió a algunos
prepotentes urbanistas mostrando el valor de la comunidad vecinal, despreciada
en la ciudad global, pero fundamental para dar vida a la ciudad.
Ella nos
pediría considerar todas las otras economías y espacios afectados por la
gentrificación masiva de la ciudad moderna. Después de escucharla o leerla
¿cómo interpretar las narrativas modernas del desarrollo y la
competitividad urbanas? Porque ella insistía en que la ciudad son sus gentes y
que si destruyes el entramado vecinal que lo conforma, acabas convirtiendo el
pulcro y aséptico diseño urbano en un erial, vacío de actividad económica y
vitalidad humana.
Después de ver el documental sobre su "batalla” contra poderosos
magnates que ordenaban los diseños urbanos como R. Moses he buscado mas rastros
de esta menuda pero poderosa mujer. Y he rastreado otras obras suyas. En una de
las últimas, titulada "Dark Age Ahead" identifica cinco
pilares de la civilización occidental moderna, y la podredumbre sistémica que,
si no se controla, llevará a todo el mundo moderno a una edad oscura.
Como
introducción escribe:
"Una
Edad Oscura es el callejón sin salida de una cultura. Nosotros, en Norteamérica
y Europa Occidental, que disfrutamos de los muchos beneficios de la cultura
conocida convencionalmente como Occidente, solemos pensar que una Edad Oscura
ocurrió una vez, hace mucho tiempo, tras el colapso del Imperio Romano de
Occidente. Pero en Norteamérica vivimos en un cementerio de culturas aborígenes
perdidas, muchas de las cuales fueron decisivamente rematadas por una amnesia
masiva en la que se perdió incluso la memoria de lo perdido...”
“La escritura, la imprenta e Internet dan una
falsa sensación de seguridad sobre la permanencia de la cultura. La mayoría de
los millones de detalles de una cultura compleja y viva no se transmiten ni por
escrito ni por medio de imágenes. En cambio, las culturas viven a través del
boca a boca y del ejemplo. Por eso tenemos clases y demostraciones de cocina,
así como libros de cocina. Por eso tenemos aprendizajes, prácticas, visitas de
estudiantes y formación en el puesto de trabajo, así como manuales y libros de
texto. Toda cultura se esfuerza por educar a sus jóvenes para que ellos, a su
vez, puedan practicarla y transmitirla completamente. Los educadores y
mentores, ya sean padres, ancianos o maestros de escuela, utilizan libros y
vídeos si los tienen, pero también hablan, y cuando son más eficaces, como
profesores, padres o mentores, también sirven de ejemplo".
Esto se
publicó en 2003-2004 y sólo un año o dos antes de su muerte. Dio en el clavo
con esta reflexión. Vio el futuro en el que vivimos ahora y escribió un libro
entero sobre ello para intentar evitarlo mientras se estaba a tiempo. Me
gustaría que la editorial que ya ha presentado una esmerada edición de su obra
mas conocida, hiciera lo propio con esta, dado que aún no hay disponible una
traducción al castellano. Creo que proporciona algunas buenas ideas respecto a
cómo abordar nuestro presente, a pesar de que las cosas han empeorado desde
2004 cuando fue escrita. Pero Dark Age Ahead es un libro esperanzador, además de una
advertencia. Sugiere cómo se pueden detener los ciclos de decadencia y renovar
nuestra forma de vida. En él, Jane argumenta que, a medida que el agrarismo
da paso a un futuro basado en la tecnología, estamos al borde de una nueva edad
oscura, un periodo de colapso cultural. Y señala cinco pilares de nuestra
cultura que están en grave decadencia: la comunidad y la familia, la educación
superior, la práctica efectiva de la ciencia, la fiscalidad y el gobierno, y la
autorregulación de las profesiones científicas. La corrosión de estos pilares,
sostiene Jacobs, está relacionada con males sociales como la crisis
medioambiental, el racismo y el creciente abismo entre ricos y pobres.
Todo un aprendizaje que podemos extraer de la mano de esta lúcida mujer.
Publicado en Blog Sostenible el 3 de marzo de 2022
https://blogsostenible.wordpress.com/2022/03/03/jane-jacobs-inspirar-ciudades-vivas-sostenibles/
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