EL TAMAÑO IMPORTA

La interpretación que hacemos del mundo y su convulsión global, puede ser peligrosamente errónea. Respiramos tras nuestras mascarillas un aire distópico. Vivimos convencidas de que estamos intentando modernizar y desarrollar estrategias que arreglen lo que hemos desarreglado en este planeta ¿Seremos capaces de hacer mejor las cosas? Decía Paul Kingsnorth, tras comprobar, -como podemos comprobar todas-, que hemos destruido casi una tercera parte de la vida del planeta, que el empuje de la máquina humana -sus dientes y sus piñones, su producción y su consumo, la forma en que convierte la naturaleza en dinero y nombra al proceso “ crecimiento” - no va a cambiar de dirección. Pero necesitamos con urgencia que cambie. No somos muchas las que admitimos que estamos viviendo un colapso. Y, sin embargo, nadie puede dejar de ver las consecuencias de medio siglo creciendo a golpe de deuda. Incluso viendo cómo se desmoronan las “economías” no se acepta abiertamente desde ninguna institu...